Ejerciendo de anfitrión

El marrón de hoy es de esos que de primeras pueden parecer una putada pero, en el fondo, acaban siendo interesantes. Es sencillo: básicamente se trata de hacer de anfitrión de un investigador belga que ha venido unos días para empezar un proyecto. Ya os lo comentaba hace un par de días. Mi jefazo (Oscar), con quien va a trabajar, está de viaje y vuelve esta noche. Mi otro jefe (Pele) está haciendo de papá, así que nos ha tocado a los becarios recibirle y estar con él hoy.

Como decía, en principio es una putada porque rompe los planes de trabajo y, lo que es peor, saca a relucir el excelente inglés que la educación en este país nos ha dado. Temblando estábamos Pedro y yo. Por eso hemos convencido a Victoria (¡¡¡gracias, gracias, gracias!!!) para que nos acompañase al aeropuerto. Ella domina bastante más el idioma y sido una guía excepcional en el paseo turístico por el centro de Valencia.

Después, ya en el laboratorio, Victoria nos ha abandonado y nos ha tocado a Pedro y a mi entablar conversación. Por suerte, el chico es majísimo y además está trabajando en temas super-interesantes (no queréis que os vuelva a hablar de gramáticas de grafos, ¿verdad?). Gracias a ambas cosas (y a que, de alguna manera, consigue entender nuestro inglés), la comida ha estado bastante animada. Ahora está aquí al lado mío leyendo el e-mail. Después, por la noche "nos tocará" llevarlo a cenar a un restaurante chulo. Eso sí, esta vez con Pele.

Como decía al principio, estos marrones son de los que no me desagradan en absoluto porque se acaban convirtiendo en jornadas de conversación interesante y buena comida :D Lo mejor es que no es la primera vez que me/nos toca hacer algo parecido y, me temo, no será la última. Una buena forma de conocer a gente.

Es lo que tiene la investigación.