Sigo averiado

Sí, sí, ya sé que no escribo. Pero es que sigo sin internet en casa. Y no, no es culpa de Jazztel. El mismo día que yo llegué a Sevilla el pack nuevo llegó a casa. Carla probó a enchufar el adaptador del router nuevo en el router viejo y, sí, se encendía. Genial, pensaréis. Pues no, porque el adaptador se volvió a petar.

Yo entonces creía tener acotado el problema: el enchufe me peta el adaptador. Solución, comprar otro adaptador (ahora que ya sé que es eso) y no utilizar el mismo ladrón. Bien, pues ni en MediaMarkt ni en Leroy Merlin encontré adaptadores que sacasen 16V y 900mA. Desesperado, acudo a la tienda en la que despacha un primo mío, un manitas de la electricidad. Me confirma lo complicado de encontrar un adaptador de ese tipo. Lo que tiene es para portatil y cuesta 35?. Dolor intenso.

Ya estaba resignado a apoquinar cuando me dijo que él podría hacerme uno o reparármelo. Genial. Bueno, pues unos días después, el jueves de la semana pasada, lo deja en mi casa. Yo no estaba. Cuando vuelvo del curro (bueno, no era curro, era hacer de anfitrión a un doctorando argentino que estaba de visita en Valencia), todo feliz, lo enchufo a la nueva regleta que había puesto. ¿Qué pasó? Efectivamente, volvió a petar.

Y en esas estoy. Ahora mismo estoy pendiente de volver a darle la tabarra a mi primo para que me revise el puto enchufe y me vuelva a reparar el adaptador. Aunque, actualmente considero la posibilidad de que no sea el enchufe, sino el router, el que esté reventando los adaptadores. En ese caso, no tengo muy claro que hacer, porque tuve la maravillosa idea de devolver el router nuevo a Jazztel (por aquello de conservar la configuración del original, ya que creía que el problema sólo era del adaptador).

Y, mientras tanto, las últimas visitas de investigadores foráneos y el viaje a Sevilla han hecho crecer exponencialmente mi "TODO list" del trabajo. Así que espero que me disculpéis si no estoy muy próligo en posts.