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miércoles, abril 13, 2005 

Metros cuadrados

El debate está servido. Primero he leído la postura de Frabrizzio, después la de Luis (que he tenido la oportunidad de comentar vía mensajería instantánea) y ahora quiero aportar yo mi granito de arena al debate del momento. El tema debería ser conocido por todos: la propuesta de la Ministra de Vivienda de fomentar la creación de viviendas pequeñas (incluso de 30m2) a precios reducidos. Bien, ésta es mi opinión lo más estructurada posible:
  • una reflexión temprana del asunto invita a la crítica: una vivienda tan pequeña no es digna. No sólo es necesario que la vivienda en la que uno ha de pasar su vida tenga unos servicios adecuados, sino que también es necesario un espacio mínimo para que una persona se pueda "realizar": tener libros, ordenador, niños, etc.
  • un análisis un poco más profundo descubre que todo depende del objetivo de este tipo de viviendas. Como apunta Luis, si el objetivo es que los jóvenes podamos tener acceso a una vivienda para emanciparnos, este tipo de viviendas puede ser ideal. En ese caso estaríamos hablando de viviendas temporales. No es "la casa de tu vida" donde vas a criar a tus hijos, sino un lugar al que puedes acceder por un precio razonable a una independencia que no tienes en casa de tus padres. Como he oído esta tarde por la radio, pasar de los 8m2 de tu habitación a 30 sin tener que aguantar las reglas de los padres no está mal. Por no hablar de la posibilidad para tantas parejas jóvenes de irse a vivir juntos antes de tener un empleo fijo para conseguir una hipoteca. Vamos, "me lo pido".
  • otro punto positivo es el efecto que puede tener la aparición de estas vivendas en el mercado. Hoy en día es muy difícil encontrar viviendas pequeñas a precios reducidos. Si quieres un piso hay que comprarlo, como poco, de tamaño medio. Y de alquiler ya ni hablemos. La oferta es escasa y de una calidad reducida. Por lo tanto, estas nuevas viviendas podrían captar una cantidad de clientes que antes se veía abocada a hipotecarse de por vida para adquirir viviendas más grandes pero más caras. Con un poco de suerte, esto nos llevará a un freno considerable de la especulación inmobiliaria y a un descenso generalizado de los precios. Quizá no sea la mejor opción, pero yo ya estoy cansado de oir a todo el mundo decir que el gobierno (el de ahora y el de antes) ha de hacer algo para bajar los precios de la vivienda... y nadie proponía nada. Bien, aquí tenemos una opción a considerar.
  • pero tampoco todo es de color de rosa. Por muy baratas que sean, no creo que esos pisos se paguen a un coste mensual reducido en unos pocos años. Para que el tema funcione, entrar en un piso de ese tipo no ha de suponer un lastre considerable ni en gasto mensual ni en compromiso temporal. Es necesario promover la movilidad de los ocupantes de estos pisos, para que los utilicen los que realmente los necesitan. Por ello, en mi opinión, lo ideal sería que se tratase de pisos alquilados y, a poder ser, siendo el propietario el propio estado para garantizar que acceden aquellos que lo necesitan. Esto es algo que ocurre en otros países, principalemente orientado a los estudiantes. Y ya sería fantástico si, mediante algún ingenio financiero, el dinero gastado como pago de estos pisos pudiese revertir más tarde de algún modo en una entrada para un nuevo piso más "definitivo".
  • y todo esto sin olvidar que, aunque esto pueda ser (o no) la solución para promover la emancipación juvenil, hace 20 o 30 años nuestros padres sí que podían acceder directamente a una vivienda familiar Es decir, algo ha ocurrido durante este tiempo para que ahora eso no sea posible. ¿Qué nos ha conducido a esta situación? Quizá los dineritos que algunos de nuestros papis hayan hecho invirtiendo en pisos nos toque pagarlo ahora a los hijos en billetes (por el aumento de los precios) o en calidad de vida (por la reducción del tamaño de la vivienda durante un periodo de nuestras vidas).
En resumen, yo creo que, si se gestionan adecuadamente, este tipo de viviendas pueden ser positivas como vivienda inicial o tempora que promueva la emancipación. Pero quiero dejar claro que lamento que hayamos tenido que llegar a esta situación. Creo que todos coincidimos en que sería mejor tener de primeras unos pisos más espaciosos, pero deberemos renunciar a eso durante un tiempo si queremos conseguir la independencia. Lo divertido será ver ahora si realmente los jóvenes prefieren tener que buscarse los cuartos, por pocos que sean, para conseguir la emancipación o prefieren vivir cómodamente en su habitación por la patilla hasta los 30. Quizá nos sorprendamos.

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