Filtraciones al mundo exterior

Si la habéis visto, estaremos de acuerdo en que no se trata de ninguna obra maestra pero, por lo menos a mi, me hizo pasar un buen rato (bueno, dos, porque la vi en dos tandas). Si no la habéis visto, el argumento es sencillo: un obsesionado del rock al que echan de su banda (por chungo) acaba haciendo de profesor sustituto en un colegio privado donde forma un grupo con los niños de la clase que están a su cargo. Como véis, no es algo que haga presagiar una buena película. Y para muchos no lo será.

Supongo que si a mi me gustó es, sobre todo, porque me encanta el rock y en la peli están continuamente tocando o hablando de rock. Precisamente formar una banda de rock es una de mis ilusiones frutradas. Ahora mi cutre-guitarra eléctrica tendría dos dedos de polvo si no fuese porque se la dejé a un amigo.

A parte de cuestiones personales, una de las mejores cosas de la película es el reparto. El prota es genial. Tiene una expresividad desbordante. Los niños son realmente peculiares. Sólo con verlos ya conoces su personalidad. Y lo mismo ocurre con todos los personajes secundarios. ¿Estereotipos? Quizá, pero de esa forma consiguen que la película se centre en la historia. La historia, como podéis imaginar, no es de gran complejidad, pero está repleta de pequeños gags y tiene un tono simpático que me encantó.

Como punto negativo gordo, de nuevo, el doblaje de un famosete. Esta vez fue Dani, el cantante de El Canto del Loco, el encargado de perpretar el crimen poniendo voz al prota. Lo mejor de todo es que las canciones están en versión original así que... ¿para qué poner un cantante a doblar????? Marketing, supongo.

Resumiendo, una peli que creí que iba a ser ver y olvidar, me la apunto para volver a ver algún día.