Mi gato: Mollo
Os presento a todos (los que no lo conozcáis en persona) a Mollo: nuestro gatito. Mollo llegó a nuestro piso, de la mano de La Panda del Melón, el mismo fin de semana que nos mudamos. Era un regalo de cumpleaños que se resistió en llegar y con una historia muy larga y divertida.
Mollo es gaditano y, pese a lo joven que es, ya sabe lo que es recorrer media España. Eso sí, a partir ahora espero que no tenga que viajar mucho más. Al veterinario de vez en cuando, como mucho.
Cuando llegó apenas media un palmo. Ahora, menos de dos meses después, ha crecido considerablemente y ya pesa un par de kilos. Le encanta el pienso para gatitos, las latas de comida blanda y las tapas de las natillas.
Mollo es muy sociable y mimoso. Se deja acariciar por todos y, cuando está tontorrón, casi ronronea sólo con mirarlo. El problema es que a veces también se arranca a las 4 de la mañana, y tiene la costumbre de hacértelo saber acercándose a la oreja.
Como todos los gatos, se pirra por los calcetines y cualquier elemento colgante de la casa. También le fascina morder los cables, y ya se ha cargado el mini-ratón del portatil.
Otra costumbre que tiene consiste en subirse a la cama y atacar a cualquier cosa que se mueva bajo las sábanas, lo cual puede llegar a ser muy divertido, pero también un auténtico coñazo cuando uno tiene sueño. Por suerte, si lo ignoras, acaba haciéndose una ovillo a los pies de la cama y se duerme plácidamente. Tan plácidamente que a veces incluso ronca.
En definitiva, Mollo es el alma del piso. Hasta que conocí a Carla nunca había tenido un gato, pero ahora no puedo imaginar cómo es posible vivir sin un gato salturreando por alrededor y cruzándose por entre las piernas al levantarse. Si no lo habéis hecho ya, poned un gato en vuestra vida.
Aquellos que tengan niños creo que pueden abstenerse. Ya están bastante entretenidos ;)
Es una auténtica monada.
¡Que bonito y que cariñoso!
Enviado por Anónimo | 9:34 p. m.
La verdad es que prefiero los perros, pero Mollo me pareció simpático, jeje, casi tanto como tu blog.
Saludos!
Enviado por Anónimo | 1:16 p. m.
Me hace gracia que, al leerlo en el planet (sin foto), por el nombre pensé en algo similar al Bola de Nieve de Stuart Little... pero en gris.
Rés à vore! :-) Muy guapín el nen... ;-)
Enviado por servidora | 2:27 p. m.
La previsión es que se convierta en algo tan "mollo" cómo Bola de Nieve, pero con el pelo corto. :)
Enviado por JavierMF | 2:33 p. m.
Los gatos son lo mejor para interiores :-)
Para pasear, un perro sin duda.
Adoro los gatos!!!
Enviado por Anónimo | 1:31 p. m.
Oye, muy maja la historia del gato. Y mucha envidia sana me das pudiendo presumir de amigos que te cuidan tanto ;-)
De todas formas, hay algo que empieza a darme vueltas por la cabezota. Se han juntado el retrato de Emilio y la historia de Mollo para que yo caiga en que ¿eres pelirrojo? yo te catalogo de castaño claro...
...en fin :-)
Enviado por servidora | 2:52 p. m.
Algernon: el problema de los perros es que hay que sacarlos a pasear te apetezca o no. Los gatos son más independientes.
servidora: es que tengo unos amigos... que no me los merezco.
Respecto a mi pelo, tienes razón; más bien castaño claro. El gato es pelirojo porque dije en su día que, si podía elegir, prefería un gato pelirojo. El dibjo de Emilio... bueno, hubo un día, de muy jovencito, que quizá sí que fui rubio rubio.
Enviado por JavierMF | 3:05 p. m.
¡Bien! (borrar visita al oculista de la agenda ;-)
Enviado por servidora | 8:26 p. m.
Me encantan los gatitos, tienes suerte de que sea mimoso :-)
Enviado por Paula Traver | 4:12 p. m.