Maneguetas
MiPadre: ¿Y esa llama del calentador está siempre encendida?
Yo: Pues sí.
MiPadre: Pero, ¿tú sabes lo que consume eso todo el día encendido?
Yo: Pues no sé. No mucho, ¿no?
MiPadre: ¿Que no? En el de casa, cuando abres el grifo del agua caliente salta una chispa y se enciende, ¡hombre!
Yo: Aps. Pues vamos a probar a apagarla, a ver si aquí funciona igual.
Por supuesto no funcionaba igual y luego no sabíamos cómo encenderla. Momentos de tensión y risillas histéricas. Pero, no pasa nada. El tío de Carla (a.k.a. el casero) vino por la tarde y me dijo como encenderla.
Todo solucionado, pensaréis. Pues no. Ahora la llamita está encendida, pero el resto de quemadores están en huelga. Resultado: no tenemos agua caliente. Ducharse por la mañana con agua fría... ha sido toda una experiencia.
Todo solucionado, pensaréis. Pues no. Ahora la llamita está encendida, pero el resto de quemadores están en huelga. Resultado: no tenemos agua caliente. Ducharse por la mañana con agua fría... ha sido toda una experiencia.
Javi ha decidido obviar una parte fundamental de esta historia. La misión que tenían en principio era poner 2 estanterias en el despacho. ¿como te acabas cargando el calentador si lo único que tienes que hacer es 4 agujeros con el taladro en el otro extremo de la casa?
Ahí entra en juego el factor manegueta, que debe ser transmitido de padres a hijos hereditariamente.
Enviado por Anónimo | 8:30 p. m.